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COLONIALIDAD DEL PODER EN CARAPARÍ

Estudio de las relaciones de autoridad y de trabajo en la hacienda de Cañada Ancha

Municipio de Caraparí

INTRODUCCIÓN

En el marco de la convocatoria del PIEB “Racismo, Discriminación y relaciones Socioculturales en Bolivia” se ha estado trabajando en un proyecto de investigación cuyos alcances han dejado en evidencia la complejidad y dificultades que conlleva el estudio del racismo.

Luego de una primera etapa de acercamiento a la problemática del racismo mediante el proyecto “Karaparí empatronado: Resabios del Estado Republicano”, y de un proceso de evaluación y reflexión facilitado por el PIEB -en el que se recibieron aportes de varios profesionales, especialmente de la Dra. Isabelle Combès- este documento presenta una propuesta de investigación reformulada y ajustada a las nuevas condiciones de trabajo que se han determinado.

Esta propuesta, que se desprende del proceso de aprendizaje de varios meses de trabajo (en los cuales se han ido elaborando documentos intermedios) presenta tan solo los nuevos aportes que encaminarán la etapa de trabajo que se inicia, por lo que no se detiene en explicar los insumos que han sido presentados en pasados informes.

1. Justificación

El interés que movió esta iniciativa investigativa desde un inicio (aunque planteado de manera distinta en función de los conocimientos y experiencia que se tenía en ese entonces), es el desentrañar las relaciones de poder que se tejen en el Municipio de Caraparí y que se expresan bajo diversas formas de racismo de manera particular en la hacienda (entendida como una totalidad histórica heterogénea, parte y resultado de una realidad colonial / capitalista mayor).

Caraparí es hoy uno de los tres municipios de la provincia Gran Chaco del departamento de Tarija. Como toda la llamada “Cordillera chiriguana” (a saber, los últimos estribos orientales de los Andes) y la región chaqueña de la actual Bolivia, esta región sólo fue realmente conquistada y colonizada en el transcurso del siglo XIX. Desde entonces, Caraparí fue (y sigue siendo) uno de los escenarios donde floreció el sistema económico-social de la hacienda, en el cual los antiguos dueños de la región se convirtieron en peones, mano de obra a menudo sobreexplotada por grandes y medianos terratenientes “blancos” o criollos -karai en guaraní. De hecho, el municipio de Caraparí es, junto con otras zonas vecinas como el Alto Parapetí en la provincia Cordillera o el Ingre en Chuquisaca, uno de los lugares donde se denunciaron, en la última década, prácticas feudales de servidumbre y atropellos a los derechos humanos de los guaraníes.

Por otro lado, Caraparí es una región clave en el presente y para el futuro económico del país, en su territorio se ubican las principales reservas de gas de Bolivia. En esta zona la economía extractivista del sistema capitalista mundial se entremezcla con otras formas de producción, configurando un modo de producción abigarrado, por lo que se constituye en un escenario particularmente interesante para desentrañar en la práctica la lógica de la colonialidad.

En este sentido es importante mencionar la distinción entre colonialismo y colonialidad que hace Aníbal Quijano:

“Colonialidad es un concepto diferente, aunque vinculado con el concepto de colonialismo. Este último se refiere estrictamente a una estructura de dominación y explotación, donde el control de la autoridad política, de los recursos de producción y del trabajo de una población determinada lo detenta otra de diferente identidad, y cuyas sedes centrales están, además, en otra jurisdicción territorial. Pero no siempre, ni necesariamente, implica relaciones racistas de poder. El colonialismo es, obviamente, más antiguo, en tanto que la colonialidad ha probado ser, en los últimos 500 años, más profunda y duradera que el colonialismo. Pero sin duda fue engendrada dentro de éste y, más aún, sin él no habría podido ser impuesta en la intersubjetividad del mundo, de modo tan enraizado y prolongado. Pablo González Casanova (1965) y Rodolfo Stavenhagen (1965) propusieron llamar “colonialismo interno” al poder racista/etnicista que opera dentro de un Estado-nación.”[1]

La colonialidad es uno de los ejes fundamentales del dominio del capitalismo mundial, y esta es la característica de las relaciones de poder (de explotación/dominación/conflicto)[2] en las que centran su análisis las propuestas decoloniales, no solo en términos epistemológicos, sino también políticos:

“La colonialidad es uno de los elementos constitutivos y específicos del patrón mundial de poder capitalista. Se funda en la imposición de una clasificación racial/étnica de la población del mundo como piedra angular de dicho patrón de poder, y opera en cada uno de los planos, ámbitos y dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia cotidiana y a escala social.”[3]

Sin embargo, como ya se dijo, investigar el racismo ha resultado una tarea muy complicada. Las diferencias sociales naturalizadas encubren lógicas de poder complejas y de múltiples determinaciones (de clase, género, raciales, etnoculturales, etc.). Por lo que la tarea inicial que ha sido identificada en este proceso de investigación es justamente la de desentrañar las relaciones de poder que se tejen en el escenario local.

En este sentido, el concepto de poder trabajado por Aníbal Quijano, refiere a “un espacio y una malla de relaciones sociales de explotación/dominación/conflicto articuladas, básicamente en función y en torno de la disputa por el control de (…) el trabajo (…), la “naturaleza” (…), el sexo (…), la subjetividad (…), y la autoridad (…)”[4].

Para Walter D. Mignolo, “la lógica de la colonialidad opera en tres diferentes niveles: Colonialidad del poder (político y económico), Colonialidad del saber (epistémico, filosófico, científico y en la relación de las lenguas con el conocimiento, (…)), y Colonialidad del ser (subjetividad, control de la sexualidad y de los roles atribuidos a los géneros, etc.).”[5]

Entender el complejo y heterárquico[6] modo en el que se tejen las relaciones de poder en lo local (Municipio de Caraparí), escapa a las posibilidades de esta investigación dadas las condiciones en las que se realiza esta etapa de investigación (tiempo y recursos). Por lo tanto, habrá que privilegiar un acercamiento a la problemática en alguno de los diferentes ámbitos en los que se pugna por el control del poder. En esta etapa es importante hacer un sincero planteo de las motivaciones de este proceso de investigación, dejando por sentado que no existe una problematización de la realidad (génesis de la tarea investigativa) sin intencionalidad, pero al mismo tiempo, no es posible la tarea investigativa sin la honestidad y el compromiso de fidelidad con la información que se vaya a obtener.

Es fundamental preguntarse entonces ¿para qué estamos produciendo conocimiento? Y ¿qué es lo que mueve este proyecto de trabajo? La respuesta es básicamente el interés por desnaturalizar las relaciones de subordinación de los guaraní en esta zona chaqueña. En este sentido fue que se planeó el primer acercamiento a la problemática de investigación, considerándose como sujeto de estudio al “empatronado guaraní”. De esta primera etapa de trabajo se pudo deducir que el empatronamiento como condición subalterna resulta de una relación más compleja que la exclusiva explotación laboral, implicando el posicionamiento de una lógica de dominación que escapa a las relaciones de trabajo y se apodera de otros espacios (de autoridad, subjetivo e intersubjetivo) en los que se disputa el poder.

Por lo tanto, si bien es preciso caracterizar las relaciones sociales en el ámbito de trabajo, es insuficiente para visibilizar la lógica del empatronamiento, por lo que será necesario explorar al menos el espacio donde se debate el control por la autoridad, en el afán de obtener más elementos explicativos de este fenómeno.

Se plantea realizar una investigación que permita caracterizar las relaciones de trabajo y de autoridad; ambas esferas relacionadas estrechamente en uno de los niveles de ejercicio del poder. Esta investigación se desarrollará en una de las comunidades donde estas relaciones se tornan más complejas en función de la situación de tenencia de la tierra y en la que se establecen familias guaraní y campesinas, por lo que los resultados podrán reflejar si existen clasificaciones sociales étnico/raciales implicadas en estas relaciones de poder, tal como propone la perspectiva decolonial que constituye básicamente nuestro marco teórico referencial.

De este modo, lo que proponemos para esta etapa de trabajo es lograr un primer nivel de aprehensión de las relaciones de poder, caracterizando las relaciones de trabajo y de autoridad en uno de los espacios de interacción social de la comunidad de Cañada Ancha, la hacienda.

La descripción de las características observables y diferenciables de las relaciones de los habitantes de la comunidad de Cañada Ancha en este ámbito en el que se disputa el poder, se constituirá en un primer aporte a un objetivo mayor, que es de interés no solo del equipo de investigación, sino de la organización del pueblo guaraní (APG – K[7]) que ha abalado este proyecto. Por otro lado, el hecho de que en estas características externas no resida la naturaleza de las relaciones de poder, no quita que sean resultado de ellas ni que, por lo tanto, estén marcadas y sean un reflejo sugestivo de éstas.

2. Pregunta principal de investigación

¿Cómo son las relaciones de trabajo y autoridad de los habitantes de la comunidad de Cañada Ancha en la hacienda?

Definiciones:

¿A quiénes consideramos habitantes de la comunidad de Cañada Ancha?

A las personas que tienen como residencia habitual el espacio territorial determinado geográficamente como “la comunidad de Cañada Ancha” (Distrito 3 del Municipio de Caraparí), es decir, consideran que su lugar de permanencia más importante es la comunidad, sea que migren temporalmente o no.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de “relaciones” en el “ámbito de trabajo”?

Son las relaciones interpersonales (interacción recíproca) que se dan entre dos o más actores en el proceso de inversión de energía para la transformación en un bien o un servicio.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de “relaciones” en el “ámbito de autoridad”?

Son las relaciones sociales en las que una persona asume representación, decisión y/o influencia sobre otros.

¿Qué entenderemos por “hacienda” en este estudio?

La hacienda se constituye en la principal institución social, la que reproduce no sólo las fuerzas productivas y relaciones de producción, sino también las pautas de conducta que sostienen el modo de producción y el sistema de relaciones sociales en la comunidad de Cañada Ancha, así como en varias otras comunidades de la zona.

3. Objetivos

Objetivo General

Caracterizar las relaciones de trabajo y de autoridad de los habitantes de la comunidad de Cañada Ancha en la hacienda.

Objetivos específicos

Objetivo 1. Caracterizar la situación de tenencia de la tierra en la comunidad.

Objetivo 2. Determinar si existe explotación de la fuerza de trabajo en el trabajo de la hacienda, y en qué consiste ésta.

Objetivo 3. Determinar si existe dominación en las relaciones de autoridad dentro de la hacienda y en qué consiste ésta.

Objetivo 4. Analizar si existe conflicto en las relaciones de trabajo y autoridad que se establecen al interior de la hacienda, y en qué consiste éste.

4. Estrategia metodológica

Enfoque

Se realizará una investigación cuantitativa y cualitativa, que parta de la descripción de las relaciones de trabajo en las que se involucran los habitantes de la comunidad de Cañada Ancha, para luego ser analizadas con herramientas teóricas que se desprenden del enfoque de la decolonialidad.

Fuentes

Primarias: Producción de información cuantitativa y cualitativa a través de la interacción directa con actores clave.

Secundarias: Se realizará un relevamiento de datos mediante revisión bibliográfica, documental y de archivos.

Técnicas de Recolección de Datos

  • Entrevistas a profundidad, a informantes clave, e historias de vida.

  • Revisión bibliográfica, documental, hemerográfica y de archivos.

  • Revisión de documentos oficiales institucionales, organizacionales, de la APG Comunal, Zonal y Departamental.

  • Observación semiestructurada en espacios donde se dan las relaciones de trabajo.


[1] Ver la primera nota a pié del artículo de Aníbal Quijano sobre “Colonialidad del poder y clasificación social”, en: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfogue comp. El giro decolonial Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Pensar, 2007. P. 93

[2] Ver el artículo de Aníbal Quijano sobre “Colonialidad del poder y clasificación social”, en: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfogue comp. El giro decolonial Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Pensar, 2007. P. 96

[3] Ídem p. 93.

[4] Ídem.

[5] Ver: Walter D. Mignolo. “El desprendimiento: pensamiento crítico y giro descolonial.” En: Interculturalidad, descolonización del estado y del conocimiento. Catherine Walsh, Walter Mignolo, Álbaro García Linera. Buenos Aires: Del Signo, 2006: 13.

[6]El pensamiento heterárquico es un intento por conceptualizar las estructuras sociales con un nuevo lenguaje capaz de pensar los sistemas de poder como una serie de dispositivos heterónomos vinculados en red. Las heterarquías son estructuras complejas en las que no existe un nivel básico que gobierna sobre los demás, sino que todos los niveles ejercen algún grado de influencia mutua en diferentes aspectos particulares y atendiendo a coyunturas históricas específicas.” Prólogo de Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel: “Giro decolonial, teoría crítica y pensamiento heterárquico”. Ídem. P. 18

[7] Asamblea del Pueblo Guaraní de la zona de Karaparí.

 

 
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